No se puede revivir a los muertos.

Esta es una de las verdades más indiscutibles del mundo mágico. A lo largo de siglos, se han encontrado recetas para alargar la vida, para evitar la muerte... pero nunca, nunca para revivir a alguien que se ha ido.

Muchos magos lo han intentado, y, según la historia, ninguno ha tenido éxito. Han nacido leyendas sin confirmación: magos en la antigüedad nacidos con ese don, alquimistas poderosos que lograron dar con la fórmula, reliquias procedentes de la mano de la misma Muerte... pero no hay hechos. Todas las búsquedas conocidas han terminado en el fracaso.

Todos los libros de magia lo confirman, incluso los pequeños libros de cuentos como Beedle el Bardo plasman esa verdad entre sus páginas. Es un hecho aceptado por la mayoría de la gente, tanto magos como muggles. Perder a un ser querido les duele en el alma, pero al final lo aceptan. Lo ven como una de las reglas naturales sobre las que se sustenta el mundo.

Porque los muertos no pueden volver a la vida. Nadie puede traerlos.

Pero yo sí puedo.

Me llamo Leslie Abbot. Estudio en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Soy una chica normal y corriente, al menos todo lo normal y corriente que una estudiante de magia puede ser. A pesar de ello, yo poseo el poder que tantos magos han buscado durante toda su existencia. 

No espero que me creas. Yo tampoco lo habría hecho.

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