Hogares mágicos



La mayoría de niños tienen un solo hogar. Los niños mágicos tenemos dos hogares.

Está la casa donde nacemos y crecemos, con nuestros padres que nos educan y nos guían paso a paso hasta dejar atrás la infancia. El hogar que sabemos que está ahí, y al que siempre podremos volver.

Y luego está Hogwarts. El lugar donde pasamos 7 años de nuestra vida, donde aprendemos a formarnos como magos y brujas, y más importante, como personas. Son cuatro casas, cuatro familias unidas bajo un emblema. Nuestra estancia allí nos marca sin remedio, y muchos siguen sintiéndolo como su hogar una vez han terminado sus estudios. 

          "No te preocupes. Es Hogwarts; aquí no puede pasarnos nada malo". 

 Creía con firmeza en mis palabras cuando las pronuncié, el mismo día de mi llegada. Confiaba que, bajo la protección de los profesores y de incontables hechizos, sumado a su fama de lugar idílico, los estudiantes estábamos totalmente seguros.

Tardé un año en darme cuenta de que hay cosas de las que Hogwarts no puede protegerte. Peligros de los que no estás a salvo nunca, ni siquiera en tu propia casa.

Fue una noche de Halloween, la noche más mágica del año, cuando perdí esa seguridad...

1 comentarios:

Que genial auro, que jodidamente genial!

 

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