Hannah Abbott.
Sucedió justo antes de los exámenes finales de curso.
En una sala del hospital San Mungo. Junto a mi tía. Junto a Megan. Junto a mí.
Hannah...
No podía creer que estuviera pasando.
Estaba muriéndose.
No podía comprenderlo.
Desangrándose. En aquella cama.
Nadie podía venir a ayudarlas.
Con profundos cortes que se abrían en su piel.
Nada podía detenerlo.
Cortes mágicos que se resistían a cerrarse.
Ni siquiera su magia podía curarla.
Se moría. A cada instante que pasaba. Se moría.
Y ella no podía hacer otra cosa que gritar.
De un momento a otro...
Mientras la sostenía.
Estaría...
Y ella se quedaba...
...¿fría?
"¿Dónde estamos?"
Ahí, en medio de la oscuridad, había un hombre frente a ellas. Creía que no podía sentir nada más agónico, pero se equivocaba. Lo supo cuando le vio y dos cuencas vacías le devolvieron la mirada. Dos cuencas en un rostro blanco como la cal. Los dedos de Leslie se aferraron instintivamente a Hannah. Al cuerpo de Hannah, aún caliente, con los ojos abiertos de pánico.
Nunca, ni siquiera al ver morir a su hermana ante sus ojos, había sentido tantísimo miedo. Nunca en su vida... y aquel ser de pesadilla avanzaba hacia ella. Comenzó a llorar. Era el terror de una niña asustada en una noche de tormenta. Un temor intenso e inexplicable.
"Me debes... algo..." - susurró... y Leslie sintió que su sangre se congelaba.
-N... no... no t-te debo nada - no sabía cómo había sido capaz de hablar. Sólo quería que se marchase... pero él se acercó más, y cada vez notaba más frío... más terror... menos vida.
"¿Ah, no...?" - él parecía dudarlo. Leslie no quería saber de qué hablaba, pero...
Tenía la sensación de que él estaba en lo cierto.
Su libro estaba ahí. La sangre que manchaba sus manos no afectaba a las impolutas hojas. Estaba temblando tanto que le costaba moverse, pero consiguió abrirlo. Marcus Cepheus Black, estaba escrito con sangre en una de las páginas. En la contigua, runas incomprensibles con la misma tinta roja.
Tenía la sensación de que él estaba en lo cierto.
Su libro estaba ahí. La sangre que manchaba sus manos no afectaba a las impolutas hojas. Estaba temblando tanto que le costaba moverse, pero consiguió abrirlo. Marcus Cepheus Black, estaba escrito con sangre en una de las páginas. En la contigua, runas incomprensibles con la misma tinta roja.
No... no podía ser. Pasó la página. Megan Nicole Nell. Otra página. Bludger. Otra. Cornelius Fudge. Sintió el corazón tan oprimido que parecía querer estallar. De un momento a otro. Y aquella presencia habló por última vez... y el horror de lo que había hecho la golpeó.
"Devuélveme las vidas que robaste."
Leslie creyó que se iba a morir de miedo.
Allí mismo. Junto a su hermana.
0 comentarios:
Publicar un comentario